PERDÓNAME, CONCIENCIA

Y vimos juntos durante todo el verano esas mismas estrellas que en todos los libros describen como únicas,sensacionales, maravillosas, sublimes, insustituibles. En mi cabeza la misma frase, día tras día, al volver a casa 'Yo controlo'.
Pero fue inevitable, no supo controlarlo, sólo podía oír el sonido de su corazón cuando él estaba cerca. Palpitaba tan fuerte que no escuchaba ni su propio pensamiento, este le gritaba con fuerza 'Te volverán a herir,te acostumbraras a él y no podrás aguantar volver a estar sola'.

SENTIR. Sentir lo que lo que yo sentía por él.

Cada canción de aquel coche había marcado como una cicatriz mi insípida vida.
Por primera vez en mucho tiempo, no pretendía molestar, no estaba aburrida, no necesitaba respirar aires distintos, ni modificar su mundo, ni acelerar su ritmo. Ya se sentía mujer, deseosa y deseable. Toda entera para un hombre. (Tú y yo.)

El rostro de él estaba ahí, casi podía palparlo, no se movía de su cerebro. FOTOGRAFÍA PARA LA ETERNIDAD.

(Perdóname, conciencia
querida amiga mía,
fue duro tu reproche
pero sé que esa noche
yo me lo merecía.)